Me
pregunto si algún día conoceré
Ese
amor que escriben los poetas
Tan
aventurado y profundo
Más
bien,… dolido y cabizbajo, digamos.
Por
ello; te amo y odio
Y
no exijas un porqué
No
se puede entender lo ininteligible
No
pretenderás abrazar lo sublime con la técnica.
Y
lloro por las noches y sueño
¿Cómo
poder llevarte a lo sumo?
¿Me
llevarías a mí?...
Sí,
sí; pregunto, porque contigo nada sé;
Tan
lejano, incomprensible e inexplicable
Como
solo tú eres
Tu
fogosidad me arrebata todas las certezas
Me
desarma y me vuelve a armar.
-“no
tengo miedo”- te dije
Y
tracé mi temeraria fantasía
La
de amarte en la oscuridad
Y
el odiar tu diáfana presencia que se va.
Cansada
tengo la mente
Y
agitados los ríos de pasión de tanto pensarte
Se
fatiga mi alma por la ensoñación
¡Vuélcate
hacia mí! No digas más,
No
busco palabras que añadir:
Añoranza
de tus besos
Tu
cuerpo cálido junto al mío,
Acariciar
tus cabellos calma mi alma
Dormir
al son mágico de tus latidos
Me
devuelves a la matriz de ternura;
Eres
esplendoroso amor de odio.
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